No es fácil hablar de la muerte con un niño, en particular la muerte de un padre o una madre militar. Tal vez usted no se sienta seguro de cómo comenzar la conversación o qué decir exactamente, o tal vez quiera proteger al niño del dolor que usted mismo está viviendo. Sin embargo, es importante para la salud mental y el bienestar de su niño que usted le hable de la situación con sinceridad y sin reservas.

Explíquele lo sucedido

• Explique qué es la muerte a los niños pequeños con mucha delicadeza. Trate de ser lo más concreto posible. Por ejemplo, podría decir, Cuando una persona muere, su cuerpo deja de funcionar. El corazón deja de palpitar y el cuerpo para deja de moverse, ya no come ni respira. Los niños mayores quizás tengan un mejor entendimiento de lo que es la muerte, pero aún les es muy difícil comprender que eso pueda pasarle a un ser querido o a un conocido. Explíqueles que la muerte es una parte natural del ciclo de vida de todos nosotros.
• Tal vez el niño sienta curiosidad por la naturaleza de la muerte, quizás quiera saber qué sucede después de la muerte o conocer detalles específicos de la muerte de su padre/madre militar. Responda de manera sencilla y directa a las preguntas del niño. Dele información básica cuando sea apropiado y no tenga miedo de admitir que usted no tiene todas las respuestas.
• Los niños a veces no comprenden que la muerte es una situación permanente. El niño podría preguntar, “¿Cuándo regresará mi papá?”. Responda con palabras como “murió” y “muerte”. Aunque frases como “mamá se durmió” y “perdimos a papá” parezcan más delicadas, podrían crearle confusión al niño.
• En el caso de un suicidio en la familia militar, decirle la verdad al niño puede ayudar a protegerlo si otras personas le hacen preguntas acerca de los hechos. Es esencial enfatizar que la persona que murió estaba enferma. Por ejemplo, puede decirle, El cerebro de tu mami/papi estaba enfermo, y eso lo confundió tanto que hizo algo que le causó su propia muerte. Trate de pensar en los recuerdos positivos del ser querido en vez de la manera en que murió.

Responda a las inquietudes y confusión del niño

• En caso de muerte de un padre o una madre militar, el niño podría sacar conclusiones incorrectas. Por ejemplo, puede culparse de lo sucedido (“Si no me hubiera enojado, papá no hubiese muerto”) y pensar que si se porta bien podría revivirlo. Asegúrele al niño que sus acciones no tuvieron nada que ver con la muerte de su padre/madre y con dulzura explíquele que nada se puede hacer para revertirla.
• El niño puede suponer que un padre militar no ha muerto realmente porque no ve el cuerpo. Tenga paciencia y esté listo para repetir los hechos varias veces. Consuele al niño diciéndole, Aunque no podemos revivirlo, él sigue viviendo en nuestro corazón cada vez que lo recordamos.

Cómo consolarlo

• Quizás el niño se preocupe por usted y piense que si el padre militar murió, el otro también podría morir. Para tranquilizarlo, dígale, Nadie puede prometer no morirse, pero podemos mantenernos fuertes y saludables, y yo espero que vivamos juntos por mucho tiempo.
• La gran pregunta en la mente de los niños después de la muerte de un padre militar es “¿Quién va cuidarme?”. Dele ejemplos de cómo usted y otras personas especiales estarán listos para cuidarlo. Hagan una lista de quienes son esas personas, como abuelos, tíos, amigos de la familia, etc., que pueden cuidarlos en “caso en que eso fuese necesario”.
• Esta es una época difícil tanto para usted como para el niño. Por eso, busque la ayuda de familiares, de amigos y de la comunidad. Dígale al niño que nadie puede ocupar el lugar del padre que murió pero también explíquele que hay muchas personas que se preocupan por su familia y siempre estarán listas para ayudarlos. Dígale que cada uno en la familia seguirá adelante y todos volverán a ser felices.

El proceso de duelo es un conjunto de sentimientos intensos provocado por la muerte de un ser querido que afecta a toda la familia. El duelo es complejo; abarca una amplia gama de emociones que vienen y van como en oleadas. Tenga la seguridad de que no hay una forma o un límite de tiempo establecido para llorar esa muerte. Al consolar a los niños recuerde que cada niño es único y sentirá el dolor de una manera muy personal. Aunque la tristeza nunca desaparezca por completo, usted y su familia pueden hallar la fuerza para consolarse mutuamente.

Anime a su familia militar a expresar sus sentimientos

• Explique a los niños que todos, incluyéndose usted, tenemos sentimientos y que ningún sentimiento es demasiado grande ni demasiado pequeño como para no expresarlo.
• Cuando se lidia con una muerte, es bueno dejar que los niños lo vean llorar. Es bueno también llorar juntos. Explíqueles por qué usted está llorando. Dígales que usted se siente triste, pero que eso es normal y que a veces es saludable expresarse así.
• Es importante entender que el niño podría sentirse enojado o desilusionado con el padre que murió, aun si era un héroe militar. Permítale que se exprese con libertad. Usted podría decirle, Sé que estás enojado porque papá/mamá murió; a veces yo me siento igual.
• Los niños pueden sentir una gran variedad de emociones, como enojo, tristeza, desesperanza, desilusión, confusión, soledad, culpabilidad o preocupación; pero no siempre tienen las palabras para identificarlos. Ayude a los más pequeños para que hallen alternativas para expresar los sentimientos. Por ejemplo, pueden dibujar o representar sus sentimientos con marionetas. Anime a los mayorcitos a escribir en un diario personal o a escuchar música para darle salida a los sentimientos.
• Los sentimientos de enojo o frustración pueden conducir a comportamientos destructivos o dañinos. Dele a su niño formas seguras y constructivas para expresar esas emociones intensas. Anímelos a correr, bailar o jugar con plastilina. Escuchar música tranquila y respirar profundo también ayuda al niño a sentirse más calmado y relajado.

Tenga paciencia y sea buen observador

• Si su niño no está listo para hablar inmediatamente, tenga paciencia. Déjele saber que usted estará listo para escucharlo cuando él esté listo para hablar.
• Para muchos niños pequeños, la aflicción puede ser reemplazada temporalmente por un estado emocional tranquilo, solo para ser reemplazada nuevamente por gran dolor horas, días o años más tarde. Los maestros y otras personas tal vez le digan a usted que sus niños “ya deberían haber superado” su tristeza”, pero la aflicción es un proceso continuo, que dura mucho tiempo.
• Observar el comportamiento de sus niños podría ayudarle a entender sus necesidades. A veces la reacción de los niños cuando enfrentan la muerte o la ausencia de uno de los padres pueden ser severa. Algunos sentimientos o comportamientos pueden persistir, intensificarse o ser más frecuentes, lo que significa que hay que darle más atención. Por ejemplo, los niños podrían tener pesadillas, pensamientos tenebrosos, dificultad para dormir, mostrar irritabilidad excesiva, desarrollar nuevos temores o exhibir comportamientos regresivos. Si usted tiene alguna preocupación acerca del comportamiento de su niño, busque ayuda profesional de inmediato.

Recuerde que siguen siendo una familia

• Cuide de usted mismo para que pueda cuidar mejor de sus niños. Trate de mantener rutinas sanas. Haga actividades que usted disfrute hacer y que le ayuden a sentirse en calma.
• Deje que sus niños sean niños. Esto se aplica particularmente a los niños mayores quienes podrían tener nuevas responsabilidades pero también necesitan divertirse y jugar.
• Propóngales maneras positivas de ver el futuro. Diga, Vamos a estar bien. Aún somos una familia y nuestro dolor sanará con el tiempo.
• Halle estrategias adicionales para ayudar a los niños a lidiar con la muerte de un padre militar utilizando el imprimible Hablen, escuchen, conecten Hablen, escuchen, conecten

A veces el dolor por la pérdida del ser querido no desaparece totalmente, pero será más fácil de soportarlo con el tiempo. En algún momento notará que usted y su familia se toman “descansos de duelo”, momentos que se olvidan de la tristeza. Permítase a sí mismo y a sus niños sentirse feliz nuevamente. Estén seguros que el recuerdo de su ser querido continuará vivo en sus corazones a medida que la familia sigue adelante.

Cómo decir adiós

• El funeral puede ser el momento para dar el primer paso en el proceso de duelo, pero su familia militar también puede beneficiarse de un servicio conmemorativo privado. Planee este servicio con sus niños e invite a los familiares y amigos más cercanos. Permita que todos expresen sus recuerdos y anécdotas. También podrían hablar de los recuerdos divertidos que los hagan reír.
• Pueden trabajar juntos en familia para hacer un jardín con las flores favoritas del padre militar que murió o plantar un árbol en su honor.

Mantenga vivo los recuerdos

• Busque maneras de celebrar la vida de su ser querido y el lugar importante que tiene en su familia. Por ejemplo, continúen celebrando el cumpleaños del padre militar, comer su comida favorita o juntos escuchar su canción favorita.
• Si las tradiciones religiosas son parte de su vida familiar, incorpórelas a sus celebraciones.
• Para mantener vivos los recuerdos, miren las fotografías o lleven consigo un recuerdo en sus bolsillos como un caracol pequeño o una piedra de algún lugar que visitaban con el padre militar que falleció.
• En familia, reúnan las fotos, la ropa o las cosas preferidas del padre militar. Túrnense para relatar o escribir anécdotas sobre cada objeto y recordar gratos momentos. También pueden grabar anécdotas en su cámara de video o teléfono celular.
• Baje el imprimible Cadena de los recuerdos y como familia hagan un recuerdo manual del padre militar. 

Establezca una “nueva normalidad”

• Establezca nuevas rutinas que ayuden a crear resiliencia en los niños. Recuerde que ustedes pueden seguir divirtiéndose y seguir amando al padre militar que falleció.
• También podría surgir una nueva estructura familiar. Podrían tener la posibilidad de vivir en otro lugar o sentir que quieren compartir la vida con otras personas que han vivido situaciones similares.
• Con el tiempo usted podrá planificar vacaciones y eventos especiales para mantener el buen ánimo en su familia.

Durante el duelo por la pérdida de un miembro del servicio militar, los otros miembros militares pueden sentirse confundidos sobre cómo mantener esa comunidad que es parte de la vida de ellos mismos y de sus niños. Pero hay formas de incorporar a la comunidad militar al proceso de duelo y recuperación. La continua conexión con su comunidad, con los que lo apoyaron a usted y a sus seres queridos, es un factor útil y protector en el dolor y la recuperación después de una muerte. Sin embargo, la forma en que un niño permanece conectado con la experiencia militar de los padres puede ser un camino complejo, especialmente si el padre murió por suicidio mientras estaba en servicio. Hay algunos puntos principales para comprender y potencialmente incorporar en su enfoque.  

1. Es posible que el niño no se sienta seguro de si está bien relacionarse con la historia del servicio militar del padre/madre (hablar de ello, querer ver fotos o escuchar anécdotas), incluso hablar con los compañeros del padre/madre militar o asistir a eventos. Hable con el niño de lo que para él significa estar conectado a esa historia y cómo eso lo hace sentir.

2. Podría haber fluctuaciones en el grado de interés del niño por la historia de servicio de su padre/madre militar. Continúe reconociendo, validando y apoyando al niño.

3. Dentro del proceso de duelo y recuperación, puede ser muy beneficioso tener puntos de contacto regulares con la historia o el historial de servicio del padre/madre. Celebrar los días de fiesta y los eventos conmemorativos para el padre/madre que murió, le permite al niño permanecer conectado y le da tiempo para compartir recuerdos positivos. Además, en el caso de una muerte por suicidio mientras prestaba servicio, reanudar las relaciones con la comunidad militar y la historia de servicio le permite a usted y al niño reconocer y honrar más profundamente la vida del padre/madre militar.

Las experiencias de los sobrevivientes tras la muerte por suicidio de un ser querido son tan variadas como los copos de nieve; ninguna experiencia es exactamente como la otra. Usted no solo está intentando darle sentido a lo que puede parecerle un mundo completamente diferente, sino que también puede estar en una situación en la que hay niños presentes que también están procesando la pérdida. Con este artículo queremos ayudarlo a pensar en cómo y cuándo hablar con los niños después de la muerte por suicidio de un ser querido.

Es importante tener en cuenta que para un adulto o para un niño no hay una “manera correcta” de procesar el dolor. Tampoco hay un enfoque de “talla única” para hablar con los niños después de una muerte por suicidio. Todos queremos “decir lo correcto” y “no empeorar la situación”. Sin embargo, cuando se trata de un suicidio, gran parte de lo “correcto” tiene que ver más con su enfoque personal que con encontrar las palabras perfectas.

Entrar en conversaciones sobre el suicidio puede ser emocional, estresante y abrumador, y es aún más difícil si esa conversación es con un niño. Por eso es importante que se consulte usted mismo y considere sus propias necesidades antes de hacerlo. Es posible que descubra que necesita hacer algo por usted mismo y por su propio proceso de duelo, como llevar un diario o hablar con una persona de confianza. Enfrentar sus propios sentimientos y pensar en cómo su formación personal (educación, cultura, fe) están en juego, puede serle útil antes de expresarlos a otra persona. En general, será esencial que usted esté listo para concentrar su energía en la atención de su niño. Nunca habrá un “momento adecuado” y puede ser que nunca le parezca que usted está “lista/o” para tener una conversación como esta, pero aclararse usted mismo lo ayudará a enfocarse en las necesidades del niño que tiene a su lado.

Entonces, ¿cuándo puede hablarle al niño acerca de la muerte por suicidio? Una vez más, no hay respuesta cien por ciento correcta y hay muchos factores que decidirán cuándo hacerlo. Sin embargo, los niños son muy perceptivos, y probablemente sabrán que algo emocionalmente difícil está sucediendo en sus vidas y en la vida de quienes los rodean. Esto no quiere decir que deba decirle al niño todo a la vez, pero al no reconocer que algo emocionalmente difícil está sucediendo se corre el riesgo de hacer que el proceso de duelo sea mucho más confuso para el niño. Cuánto le debe decir y cuándo le debe hablar serán decisiones muy personales basadas en sus relaciones y en la capacidad del niño para comprenderlo. Sin embargo, su enfoque siempre debe estar dirigido a reconocer, validar y ayudar al niño. Puede ser tan simple como el niño que dice, “Algo triste está sucediendo”, y usted responde, “Sí, algo triste está sucediendo. ¿Te gustaría hablar acerca de eso?”. Independientemente de cuándo se dé esta conversación, ya sea de inmediato o gradualmente con el tiempo, los niños le hacen frente mejor a una pérdida por suicidio cuando se les proporciona información e interacciones claras.

La forma en que se le habla a un niño de 3 años sobre una muerte por suicidio es muy diferente a como se le habla a un niño de 8 años o a uno de 12. Si usted comienza a hablarle a un niño de 3 años sobre la muerte, deberá progresar sus explicaciones a medida que el niño crece. Los niños, por edad, tienen diferentes niveles de capacidad para comprender experiencias complejas y expresan emociones de manera diferente. Un niño pequeño podría estar luchando con la permanencia de la muerte, mientras que uno mayorcito podría estar luchando por entender qué la causó. En general, usted debe usar palabras que el niño entienda y debe verificar la comprensión, las preguntas y la respuesta emocional del niño a medida que siguen adelante.

Además de reforzar que nunca habrá un “momento adecuado”, la decisión de cuándo y cuánto hablarle al niño deberá considerar los factores más relevantes para usted y para el niño. Es importante saber que esa conversación debe suceder varias veces y estar preparado para que eso ocurra. Una vez más, los niños tienen diferentes niveles de capacidad de comprensión, por lo que una conversación puede abordar sus pensamientos y preguntas en ese momento, pero ellos podrían volver a sus pensamientos y emociones más adelante. También simplemente podrían no haber entendido la permanencia de la muerte por suicidio.

Otras recomendaciones para hablar con un niño sobre el suicidio incluyen explicarle cuidadosamente los hechos básicos de lo que sucedió, reconocer y alentar al niño para que haga preguntas, asegurarle que la muerte no fue por su culpa y hacerle saber que es normal sentir emociones intensas o confusas después de una muerte. Podría ser útil para usted adaptar estas recomendaciones a su propio enfoque personal.

No hay respuestas fáciles cuando se trata de hablar con un niño sobre una muerte por suicidio en la comunidad militar o en otras. Sepa que la decisión de cuándo y qué decirle será difícil, emocional y compleja. Controlarse a sí mismo, tener un enfoque claro y mantener los objetivos pueden ser una de las mejores herramientas que usted tiene y que podría enseñarle a usar a su niño.