
Lesiones: La rehabilitación
Cuando un miembro del servicio regresa a casa debido a una lesión, la familia experimenta muchos cambios. La lesión puede ser física, mental o una combinación de ambos. Para ayudar al niño a lidiar con los muchos cambios, explíquele las varias etapas de esos cambios para que él comprenda y se adapte con éxito a la “nueva normalidad”.
Consejos
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Cómo ayudar a los niños a comprender la situación
Crisis y estabilidad familiar ante las heridas sufridas en el servicio militar.
Cómo ayudar a los niños a comprender la situación
Durante la rehabilitación, cuanto más apoyo la familia le dé al padre lesionado física o mentalmente, mejor será para todos. Aunque se desconozca cuál será el resultado final, y sea difícil explicarlo, el niño elegirá la opción de tener esperanzas. Cuando ayudamos al niño a comprender el cambio, aseguramos que él enfrente la situación de la mejor manera posible.
Supervise la información que el niño recibe
- Al principio podría haber muy poca información disponible. No le dé falsas garantías si no lo sabe, pero tranquilice al niño, “Mamá fue herida. Lo bueno es que ahora está en un hospital con médicos que saben cómo cuidarla. Ellos están haciendo todo lo posible para ayudarla a mejorar”.
- Haga lo posible por controlar su propia ansiedad y proteger al niño de la información que él no necesita saber. Piense en cómo manejar la ansiedad del niño. Piense en lo que le va a decir antes de hablar, y en lo que va a decir durante las llamadas telefónicas con la familia. Le puede ser útil a usted hablar con un amigo, un padre, un consejero, un médico o un clérigo.
- A medida que pasa el tiempo, siga hablando y actualizando al niño según corresponda. Aunque es importante tener cuidado con la información que le dé, háblele sobre lo que está sucediendo. Recuerde, la imaginación de un niño llenará cualquier espacio y eso podría ser mucho más preocupante que la realidad. Dele esperanza, “Puede pasar algún tiempo antes de que sepamos todo lo que sucede, pero juntos en familia lo superaremos”.
Establezca un ambiente de seguridad
- Durante este tiempo, las actividades normales de la familia pueden ser interrumpidas. Asegúrese de que al menos algunas rutinas sigan de manera constante.
- Si su niño se queda con familiares o amigos por un período de tiempo, sugiérale que lleve un objeto que a él le guste, como su manta, juguete, libro o camiseta favoritos. Esto le dará una mayor sensación de seguridad.
- Al hablar con su niño sobre cómo comprender la situación, asegúrele que la lesión sufrida no es culpa del padre ni de nadie. Es algo que puede suceder con este trabajo.
Decida el mejor momento para las visitas
- Consulte con el personal médico y de apoyo sobre el momento adecuado para que su niño vea al padre lesionado. Eso dependerá del nivel de desarrollo y madurez emocional del niño. Pida ayuda para prepararlo sobre la apariencia física del padre. El niño debe saber de antemano de los tubos, las máquinas, los vendajes, etc., y de que verá a otros miembros del servicio lesionados. El padre en recuperación puede verse y/o actuar de manera muy diferente a la que el niño recuerda.
- Si la visita es apropiada, no lo obligue a tocar o abrazar al padre, al principio eso podría atemorizarlo. Deje que el niño marque su propio ritmo.
- Quizás su niño aún no pueda visitar al padre lesionado, pero sí puede mantenerse en contacto enviándole dibujos, un animal de peluche para que ponga en la cama del hospital o grabarle una canción.
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La rehabilitación
Rehabilitación de los padres heridos en el ejército.
La rehabilitación
Una vez que el miembro del servicio esté estable y el proceso de recuperación esté en marcha, surgirán nuevos problemas. Ayude al niño a comprender que este puede ser un proceso largo. Diga, “Es un camino largo, pero lo superaremos, paso a paso”.
Invite al niño a hacer preguntas
- El niño podría preguntar, “¿Duele? ¿Eres un robot con superpoderes (en el caso de tener una prótesis)? ¿Papá siempre tendrá problemas para hablar o recordar cosas? ¿Le crecerá una pierna nueva?”. Muéstrele cómo funciona la prótesis o la silla de ruedas. La mayoría de los niños son curiosos y adaptables. Aproveche esa cualidad.
- En el proceso de lidiar con la lesión, el niño podría preguntar, “¿Mamá va a mejorar?”. Responda, “Algunos médicos muy buenos están haciendo lo posible para que ella mejore. ¡Tú también la estás ayudando! Tomará tiempo y trabajo y tal vez debamos aprender a hacer algunas cosas de manera diferente. Pero trabajaremos todos juntos como familia”.
Ofrezcale consuelo a su niño
- Halle una forma feliz entre proteger a su niño y reconocer la difícil realidad que están viviendo. “Sí, tu papá está diferente, pero sigue siendo papá. Él sigue amándote”. Es importante hablarle acerca del cambio. Reconozca lo que ha cambiado, pero también enfatice lo que no. Recuérdele, “Antes éramos una familia fuerte y volveremos a ser una familia fuerte. Todos juntos nos recuperaremos”.
- Dele a su niño un “beso en la mano”. Bese la palma de su mano. Doble los dedos sobre el lugar que besó. Dígale que el beso se mantendrá aunque se lave las manos. Cuando se lleve la mano a la mejilla, sentirá amor en todo el cuerpo recordándole que usted lo ama y que eso nunca cambiará.
Permita que el niño ayude con la terapia
- Cuando el su niño participa en la terapia alivia sus temores y lo ayuda a reconectarse con el padre lesionado.
- • Un niño pequeño también puede ofrecerle agua al padre o aplaudirlo por dar el primer paso. Puede enviarle un mensaje alentador con el imprimible Estamos orgullosos de ti, decorar la prótesis con fotos o poner una nota personalizada a la silla de ruedas, “¡Mamá sobre ruedas!”.
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La reintegración
Aprenda maneras útiles y esperanzadoras para lidiar con los cambios y crecer como familia.
La reintegración
A medida que el padre lesionado continúa rehabilitándose, la familia aprende formas esperanzadoras de seguir adelante y comienza a hacer planes a largo plazo. Anime a su niño a ver estos cambios como parte de un viaje y como una forma de aprendizaje de la familia.
Explique que el proceso no ha terminado
- Usted podría decir, “Mejorar puede llevar mucho tiempo”. En muchos casos la terapia será permanente, los médicos y los medicamentos serán parte de la vida cotidiana y puede haber hospitalizaciones adicionales.
Mantenga rutinas anteriores y establezca nuevas rutinas
- A medida que cambia la situación tal vez deba adaptar las rutinas anteriores. Establezca los cambios poco a poco y oportunamente. Minimizar los grandes cambios especialmente al principio, le da al niño una mayor sensación de estabilidad. Involucrarlo en la creación de nuevas rutinas lo ayuda a sentirse más en control.
- Un padre lesionado no significa que todo tenga que cambiar. Un padre en silla de ruedas puede jugar a los encantados los sábados en el parque o al baloncesto después de la escuela. Y aunque haya perdido un brazo también puede ayudar a hacer las tareas y dar abrazos. Pídale al niño que piense en nuevas formas de hacer cosas que hacían antes.
- Ahora que todos están en casa, deben reasignar responsabilidades. Cuide de que su niño no se sienta como si estuviera siendo degradado. Enfatice que todos siguen participando en las actividades diarias, pero de manera diferente. Después de los reajustes, proponga rutinas familiares nuevas y especiales como, al final de la semana cada uno cuenta “lo mejor de la semana”. También, al final de la semana, pueden salir a observar las estrellas mientras toman una taza de chocolate o limonada. Hagan las cosas que les gusta hacer.
Hablen de los logros
- Anime a su niño a hablar de sus logros recientes y nuevas habilidades, con el padre que regresó. Tal vez el pequeño aprendió a saltar o a vestirse solo. Quizás su niño mayor logró su primer jonrón o recibió una “A” en un examen de matemáticas. Disfruten de estos éxitos. Con el mismo espíritu, el niño puede aplaudir al padre lesionado cuando domine una nueva habilidad o vuelva a aprender una tarea.
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Las lesiones invisibles
Las heridas invisibles pueden ser difíciles de comprender para sus niños.
Las lesiones invisibles
Las lesiones invisibles son para los niños las más difíciles de entender. ¿Por qué el padre parece estar enojado? ¿Triste? ¿Por qué se olvida de las cosas o simplemente parece “fuera de sí”? Es fundamental explicar estos cambios al niño de manera que lo pueda comprender.
Cómo explicar cuál es la lesión
- Explique que a veces las lesiones son invisibles. Como con un dolor de estómago, el dolor está adentro. Cuando miras a la persona no puedes ver su dolor, pero el dolor está ahí.
- Ayude a su niño a comprender que la lesión puede cambiar la forma en que el padre se siente, habla y actúa. Todo, desde el olvido hasta el enojo, la frustración el adormecimiento pueden ser síntomas de esta lesión invisible.
- Tal vez deba explicar la inmovilidad o que el padre no le responda. “Los médicos quieren que papá descanse”. “El medicamento ayuda a que papá se recupere, pero también le da sueño”.
Valide los sentimientos y esfuerzos del niño
- Valide la confusión de su niño y asegúrese de que sepa que él no tiene la culpa. Por ejemplo, puede decir, “Mamá no sonríe mucho, pero ella aún te ama”.
- Elogie la fortaleza, la valentía y la ayuda de su niño, pero permítale que también exprese sus miedos.
Designe un espacio de tranquilidad
Es posible que el padre que regresa no recuerde algunas cosas. Puede estar irritable y emocionalmente ausente. Asegúrele, “Papá necesita un momento de tranquilidad para pensar”. Busque lugares para relajarse en la casa, al aire libre o en otro lugar donde el padre lesionado (o cualquier persona de la familia) pueda ir a descansar.
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