Rutinas
La vida militar puede traer consigo muchos cambios, pero no siempre todo cambia. Existe bienestar emocional en lo familiar, especialmente en las rutinas familiares diarias. Mantenga algunas cosas igual. Las rutinas le dan a su niño algo que esperar cada día y crean una sensación de control.
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Vídeo: La hora de dormir
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Consejos
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La separación por la mañana
La separación por la mañana
A la mayoría de los niños les cuesta mucho la separación, en algún momento u otro. Cuando son pequeñitos comienzan a aprender el concepto de la permanencia de las cosas o personas, entender que sus padres existen aunque no los puedan ver. Por eso a los bebés de cinco meses les encanta jugar a pick-a-boo, o cucú o a las escondidas, y es así como empiezan a reconocer ese concepto.
Por supuesto que a medida que los niños crecen, los padres siguen siendo sus personas favoritas. Cuando combinamos ese hecho con los cambios y las transiciones que la vida militar trae, puede ser que los niños necesiten una garantía adicional de que papá/mamá regresará. Las rutinas matutinas consistentes y predecibles ayudan en gran medida.
Cuando comience una nueva etapa en su vida militar, continúe con sus rutinas anteriores de despedida. Después de todo, aunque su familia viva una nueva aventura, algunas cosas no cambian. Posiblemente ustedes ya tengan sus propias rutinas, pero también podría intentar hacer algunas de las siguientes.
- Use una frase de despedida especial, como, Te veré más tarde mi cielo. Hasta pronto mi amorcito.
- Chocar los puños, darse las manos en forma especial, hacer una ola especial, o darse tres besos y un abrazo (o cualquier combinación de estas opciones).
- Dele al niño algún objeto pequeño suyo, para que él lo guarde en su bolsillo. Puede ser un pañuelo, un guante, una piedra o una concha de mar que hayan encontrado en unas vacaciones con la familia, algo para que le recuerde a usted.
- Ate un hilo alrededor de la muñeca del niño y dígale, Este es un recordatorio de mi amor y de que siempre regresaré.
- Bese la palma de la mano del niño y cierre sus deditos para guardar el beso. Dígale que todo el día llevará consigo el beso que usted le dio en la mano.
- Y por supuesto, ¡invente su propia rutina!
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Rutinas para la hora de acostarse
Rutinas para la hora de acostarse
Es de entender que muchos niños se resistan ir a dormir. ¡Es divertido estar despierto! Aprender a ir a dormir es una destreza que lleva tiempo aprender. También, aproximadamente a los dos años de edad los niños empiezan a desarrollar los temores nocturnos.
Cuando a eso se le suma el estar en una nueva casa, dormir en una nueva habitación, ser arropado en una nueva cama y todos los otros cambios que la vida militar presenta, la hora de ir a dormir puede ser especialmente un reto para todos. Considere estas ideas para crear fortaleza emocional en el niño a la hora de dormir, y para que sea una rutina más tranquila y relajante:
- Mantenga siempre el mismo orden de la rutina para ir a dormir. Por ejemplo, ponerse el pijama, cepillarse los dientes, elegir y leer un cuento, decir buenas noches, apagar la luz.
- Haga una lista con el orden de los pasos de la rutina y pídale al niño que los dibuje. Cuelgue la lista en su habitación.
- ¿Qué situación podría yo asegurarle a mi niño que no cambiará? Comience por ahí. Por ejemplo dígale, Papá/mamá o un familiar te leerá un cuento antes de que te duermas. Le darás un beso de buenas noches a tu osito. Miraremos juntos por la ventana para pedirle un deseo a una estrella.
- Haga rutinas especiales, como meterse juntos debajo de las cobijas y leer con la luz de una linterna, contar las calcomanías fluorescentes pegadas en el techo, cantar la canción favorita, darle un masaje o hablar de lo que desean soñar esa noche.
- Y… no se sienta mal si de vez en cuando no pueden seguir exactamente la rutina. Desarrollar la fortaleza emocional en los niños lleva tiempo, ¡pero lo lograrán!
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Compartan una comida
Compartan una comida
La importancia de comer juntos
La comida nos une. La hora de las comidas debe es un momento relajante para recargar energías. También es el momento para crear relaciones positivas con los alimentos, reír juntos y hablar de los altibajos del día. No tiene que ser solo durante la cena. Incluso comer juntos una merienda puede ser una oportunidad para crear vínculos afectivos.
Las investigaciones han demostrado que la hora de la comida familiar es buena para el bienestar general de todos en la familia.
Ponga en práctica estos consejos para promover buenas relaciones familiares y brindar a sus niños un sentido de estructura y estabilidad.
- Conforme a la edad, deles un sentido de control involucrándolos en la preparación de las comidas.
- En la mesa, invente un cuento en grupo. Puede comenzar diciendo, “Había una vez una semillita de zanahoria…”. Luego, la persona sentada a su lado aporta algo más a la oración, y así sucesivamente hasta que todos participen.
- Cuente historias familiares sobre lo que estén comiendo. Por ejemplo: La lasaña me recuerda la primera comida que tu papá/mamá y yo preparamos juntos después de casarnos.
- ¡Diviértanse! Tengan un desayuno a la hora de la cena; para el almuerzo, un picnic en el jardín; noches en que todos se ponen el pijama para cenar, etc.
Iniciadores de conversaciones durante las comidas
Haga una pregunta distinta cada noche y asegúrese de que todos tengan la oportunidad de responder:
- ¿Qué es lo que más te gusta de la escuela (la guardería, tu nuevo trabajo o nuestra casa)?
- ¿Conociste algún niño nuevo? ¿En qué se parece o se diferencia de ti?
- ¿Alguien fue amable contigo recientemente (y viceversa)?
- ¿Puedes pensar en alguna tradición especial nueva que podríamos hacer en familia?
- ¿Hay algo por lo que te sientes agradecido hoy?
- ¿Quisieras tener súper poderes? Si la respuesta es sí, ¿Cuáles? ¿Cómo los usarías para ayudar a la gente?
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Una rutina para la espera
Una rutina para la espera
Para un niño pequeño cinco minutos pueden sentirse como una hora. Desarrollar la paciencia y controlar la ansiedad durante la espera requiere de práctica, como cualquier otra destreza valiosa en la vida. Cuando eso se combina con las realidades de la vida militar, y todas las esperas y los cambios que eso ocasiona, puede ser de ayuda considerar las siguientes estrategias.
Para una espera corta
- Miren el video titulado “Puedo ser paciente” varias veces, hasta que usted y su niño recuerden la melodía de la frase “Puedo ser paciente”. Cántenla en voz alta siempre que su niño necesite un recordatorio. Pregúntele, ¿Qué hizo Cookie Monster cuando tuvo que esperar? ¿Qué harías tú? ¿Contarías hasta diez, harías un dibujo, bailarías?
- Proponga un reto especial para pasar el tiempo, como encontrar todas las cosas azules en la habitación, contar cuántas personas hay en fila, buscar la letra R en algún cartel, etc.
- Explíquele el concepto del tiempo en forma concreta: Dos minutos es el tiempo para cepillarte los dientes.
- Reafirme lo difícil que es tener que esperar y dé ejemplos de paciencia, Sé que es difícil esperar. Cuando me canso de esperar, leo mi libro. Voy a abrir mi libro ahora y a respirar profundamente. ¿Qué te gustaría hacer a ti?
- Muéstrele al niño, con un cronómetro o reloj, los minutos que tiene que esperar.
Para una espera larga
- Cuando los niños tienen que esperar por largo tiempo como semanas o meses, usted puede enseñarles a controlar su ansiedad marcando el tiempo de una manera fácil de entender. Diseñen o inventen juntos una actividad para marcar el tiempo. Para los más pequeños, haga una cadena de papel y añada un eslabón por cada día que tenga que esperar. La cadena sirve a medir el tiempo, ¿qué longitud tiene la cadena? La cadena de papel también sirve para decorar la habitación.
- Explíqueles el concepto del tiempo en forma sencilla. Por ejemplo, describa un año como “cuando vuelve a caer nieve”.
- Tache los días en un almanaque. A los períodos de 24 horas los pueden llamar las “buenas noches”, un mes entonces tendría “30 buenas noches”.
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Rutinas cuando están juntos, rutinas cuando están separados
Rutinas cuando están juntos, rutinas cuando están separados
Gran parte del aprendizaje enriquecedor ocurre juntos, pero es importante recordar que pasar tiempo separados, ya sea en casa o cuando los niños van a la guardería o a la escuela, también ofrece beneficios. El tiempo que pasan separados, como durante el servicio temporal o los despliegues militares, permite la exploración individual y experiencias únicas que se pueden compartir con toda la familia más adelante.
Pasar tiempo separados a menudo conlleva desafíos, como encontrar un sentido de equilibrio, manejar grandes sentimientos y comunicarse bien con los demás. Sin embargo, el aprendizaje que ocurre cuando estamos en nuestras propias “aventuras” puede ser extremadamente valioso y por eso vale la pena superar algunos de esos desafíos.
Practicar
Los niños podrían tener las mismas responsabilidades en diferentes entornos pero las rutinas los ayudan a conectar lo aprendido entre la escuela y la casa. Hable sobre las rutinas de la casa y las rutinas escolares, por ejemplo, poner la mesa o lavarse las manos. Pregunte, ¿En qué se diferencian en cada lugar? ¿En qué son iguales? Piense en qué tareas es probable que realicen los niños bajo su cuidado en ambos lugares?
Luego, dedique tiempo a practicar cosas que podrían ser diferentes para los niños, como levantar la mano para hablar o para hacer una pregunta. Hablar y practicar ayuda a generar autoconfianza. Cuando los niños saben qué esperar, entienden lo que se espera de ellos.
Persistencia
Comunicarse con frecuencia. Los maestros y los cuidadores son parte del equipo de su familia. Los equipos funcionan mejor cuando se comunican regularmente de manera clara y amable.
Recuerde que los niños (y las personas) necesitan tiempo para adaptarse a cualquier transición. Sea paciente consigo mismo, con su niño y con su familia. Todos necesitan tiempo de adaptación durante las separaciones.
Evalúe lo que funciona y lo que no. Por ejemplo, cuando los niños comienzan en una nueva guardería las rutinas en la casa también necesitan cambiar, como acostarse una hora más temprano. Hablen todos los días sobre cómo van las cosas y lo que podrían hacer al día siguiente. Recuerde, todos necesitamos intentar y volver a intentar una y otra vez.
Priorizar
Por último, después de pasar un tiempo separados, establezca pasar tiempo sin interrupciones y de calidad con su niño. Limite las distracciones tanto como sea posible. Guarde tu teléfono celular y apague la computadora portátil y el televisor. Podrían hacer un juego favorito del niño, dibujar, salir a pasear, jugar a la pelota o bailar.
El objetivo es hacer que todos en la familia se sientan que son valorados, que usted se preocupa por los intereses y por el bienestar de cada uno, que usted está orgulloso de ellos y que disfruta del tiempo que pasan juntos.
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